Pioneros del viento
Hace casi 30 años, ACCIONA Energía puso en marcha los primeros parques eólicos comerciales en España. La experiencia atesorada desde entonces la sitúa como uno de los líderes globales más confiables del sector.
Hace casi 30 años, ACCIONA Energía puso en marcha los primeros parques eólicos comerciales en España. La experiencia atesorada desde entonces la sitúa como uno de los líderes globales más confiables del sector.
El 18 de diciembre de 1994 comenzaron a producir energía los seis primeros aerogeneradores que dibujaban un perfil nunca visto sobre la Sierra de El Perdón, vecina a Pamplona (España). Aquellos gigantes, los mayores del mundo en esa época, con 500 kilovatios de potencia y 40 metros de altura, se quedan hoy pequeños ante sus hermanos, tres veces más altos y diez veces más potentes.
Pero fueron los primeros. Pioneros cuando solo unos visionarios adelantados a su tiempo supieron vislumbrar que el futuro energético de la Humanidad estaba en el viento, como lo estaba en el sol y en el resto de energías renovables.
Cuando ACCIONA Energía, a través de la compañía Energía Hidroeléctrica de Navarra, que posteriormente se integraría en ACCIONA, puso en marcha la primera fase del parque eólico de El Perdón, estaba haciendo historia. Aquella instalación pionera fue implantada sobre una sierra muy visible para la capital navarra y todo su entorno geográfico, y frecuentada por sus habitantes (unas 250.000 personas en toda la comarca), en un intento de mostrar a la ciudadanía el aspecto de la nueva energía llamada a regenerar el planeta en un momento en el que prácticamente nadie había oído hablar del cambio climático.
La apuesta triunfó. Miles de personas visitaron la entonces futurista instalación en las semanas siguientes. Un sondeo independiente de opinión realizado en marzo de 1995 por la consultora CIES reveló que el 85% de la población de Pamplona y su comarca valoraba positivamente el parque eólico, frente al 1% que lo valoraba negativamente. Una intensa labor explicativa previa con diversos agentes políticos y sociales y medios de comunicación no fue ajena al grado de aceptación social entonces alcanzado por una instalación construida sobre uno de los espacios de esparcimiento más frecuentados en torno a la capital de Navarra.
Al tiempo que se instalaban los primeros aerogeneradores en Navarra, ACCIONA abordaba otro hito pionero del sector eólico español: el parque KW Tarifa, en el término gaditano de mismo nombre, inaugurado en julio de 1995 e integrado nada menos que por 90 turbinas de 330 kW de potencia unitaria.
Doblemente pioneros en el aprovechamiento del viento, ya sea del cierzo del noroeste que se cuela desde el Cantábrico hacia el Valle del Ebro, como el viento de Levante o de Poniente que azota con frecuencia las aguas del Estrecho de Gibraltar. Vislumbrando soluciones innovadoras que permitiesen generar nueva energía para mejorar el planeta.
Casi treinta años después de aquellas aventuras pioneras, nadie cuestiona que la energía eólica es, y lo va a ser mucho más todavía, una pieza central del sistema energético que va a permitir a la Humanidad hacer frente al cambio climático y congraciarse con el planeta, poniendo término a la explotación irracional de los recursos naturales y alcanzando la neutralidad en carbono.
Pero tres décadas atrás, apuestas como la iniciada por aquellos pioneros –aquellos chalados en sus locos cacharros, rememorando la película de Ken Annakin- eran tachadas de quiméricas, testimoniales, utópicas y otros adjetivos por el estilo. Se trata de una época en la que la potencia eólica instalada en todo el mundo apenas equivalía a la de cuatro centrales nucleares (4.237 MW en 1995). Hoy se ha multiplicado esa cifra por 172, hasta situarse en 824.874 MW en 2021. En España, de aquéllos 3 MW instalados sobre El Perdón en 1994 hemos pasado a más de 28.000 MW en la actualidad.
Sin embargo, hay aspectos grabados en el ADN de ACCIONA Energía que iniciaron entonces una forma propia de desarrollar las energías renovables y que hoy siguen siendo una seña de identidad de la compañía. Como la sensibilidad y la transparencia hacia la comunidad afectada por las iniciativas. Entonces se organizaron reuniones previas explicando el proyecto a todo tipo de grupos de interés, desde organizaciones ecologistas, hasta cazadores, vecinos de la zona o Amigos del Camino de Santiago, ruta que atraviesa la Sierra y que un monumento implantado por ACCIONA Energía en 1996, obra de Vicente Galbete, recuerda en el punto “donde se cruza el camino del viento con el de las estrellas”.
Hoy un equipo de Gestión del Impacto Social de ACCIONA Energía mantiene una interlocución constante con las comunidades involucradas en cada proyecto y destina un porcentaje preestablecido del presupuesto de obra y de las rentas generadas a iniciativas de promoción comunitaria seleccionadas con la participación del vecindario. Exactamente el 0,3% de la inversión en balance of plant, y el 0,2% al menos de las ventas brutas durante los primeros 10 años. Es la forma de devolver a la comunidad parte del valor que se crea en el territorio y de construir relaciones duraderas de buena vecindad.
Otra seña de identidad heredada de aquellos tiempos pioneros es el afán innovador, la apuesta por aplicar las soluciones tecnológicas más adelantadas y eficientes. En El Perdón se instalaron los aerogeneradores más potentes y eficientes del mercado mundial, de tecnología Vestas, propiciando asociada a aquella iniciativa la creación de Gamesa Eólica –hoy Siemens Gamesa- que con los años se convertiría en uno de los gigantes de la fabricación de turbinas eólicas. También se aplicó la solución de instalar los transformadores en el interior de las torres, que posteriormente se convertiría en un estándar.
Los aerogeneradores pensados para funcionar durante veinte años llevan casi treinta produciendo como el primer día.
El Perdón es también un ejemplo de la excelencia de la compañía en la operación y mantenimiento de sus instalaciones. Unos aerogeneradores pensados inicialmente para funcionar durante veinte años, llevan casi treinta produciendo como el primer día. ¿El secreto?
El parque de El Perdón, ampliado en 1996 hasta las 40 turbinas y 20 MW de potencia, es un caso de estudio en la estrategia de ACCIONA Energía que persigue la extensión de la vida útil de sus activos para optimizar su aprovechamiento. La instalación, situada en un emplazamiento de óptimas condiciones de viento, con más de 3.000 horas equivalente de funcionamiento al año, produce anualmente una media de 65 gigavatios hora (GWh) de electricidad limpia, suficiente para atender el consumo eléctrico de más de 16.000 hogares, evitando la emisión a la atmósfera de 28.500 toneladas de CO₂.
El caso del parque KW Tarifa muestra otra vía para mejorar las cosas. En esta instalación, dotada de un elevado número de turbinas de baja potencia y tecnología ya obsoleta, ACCIONA Energía optó por una estrategia diferente: la repotenciación. Ello supuso sustituir 90 aerogeneradores por sólo 12 de última generación, manteniendo la misma potencia (30 MW) e incrementando la producción un 20%, merced a la mayor eficiencia de la tecnología utilizada. Era la primera operación de esta naturaleza llevada a cabo por la compañía y una de las primeras en España.
A finales de 2018, catorce meses después de iniciado el desmontaje de los antiguos aerogeneradores, se concluía la puesta en marcha de doce turbinas de tecnología Nordex ACCIONA Windpower, ocho de ellos de 3 MW de potencia y cuatro, de 1,5 MW.
La renovación del parque incluyó la mejora del entorno, la restauración y revegetación de las zonas afectadas mediante plantaciones, siembras, hidrosiembras y recuperación de taludes. Además, al reducirse el número de turbinas, se disminuyó sustancialmente el impacto visual del parque y el nivel de sonoridad.
Rebautizado como El Cabrito por el topónimo de la zona en que se levanta, el antiguo KW Tarifa sigue transformando la fuerza del viento en electricidad: unos 116 GWh anuales de media, equivalentes al consumo de 30.000 hogares, evitando la emisión de 51.000 toneladas de CO₂.
Ambas instalaciones, El Perdón y KW Tarifa-El Cabrito, son nombres pioneros escritos en la historia eólica de España. Pero son también presente y futuro, un ejemplo del esfuerzo de todos aquellos que se afanan por regenerar el planeta y contribuir a su descarbonización.
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