Un nuevo tiempo
A finales de los años 80, las vetas de este material se fueron agotando y la actividad cesó. Las inmensas galerías quedaron en silencio. Tendrían que pasar cuatro décadas para que volviesen a la vida, aunque con fines muy distintos.
"La memoria de la España vacía está llena de relatos de lucha, de supervivencia y de una resistencia obstinada a desaparecer", reflexiona Sergio del Molino en su obra La España vacía: Viaje por un país que nunca fue. Esta cita sintetiza a la perfección la tenacidad con la que la tranquila villa de Hornillos de Cerrato ha hecho frente al éxodo.
Si se tiene la enorme fortuna de visitarla, es probable que llame la atención —dadas las características de los municipios de la zona— comprobar cómo sus calles están llenas de flores, vegetación y de vida. Un nuevo pulmón económico está detrás de este cambio que no hubiera sido viable sin la apuesta decidida y la visión de futuro de sus habitantes.
Hoy la agricultura tradicional coexiste con una tecnología que, además de combatir la emergencia climática, contribuye activamente en la regeneración de este municipio: la energía eólica en forma de cuarenta aerogeneradores. Desde 2012 los vecinos han ido viendo cómo los molinos de viento empezaban a jalonar los cerros que rodean su extenso páramo y, en paralelo, iban mejorando su calidad de vida.