Desaladora de Adelaida: una planta para asegurar el futuro hídrico del Sur de Australia

La desaladora de Adelaida, en Australia del Sur, ha permitido que la región afronte el impacto de las sequías y cubra las necesidades hídricas de la población a lo largo de todo el año.

Contaba el fabulista griego Esopo que un cuervo sediento, a punto de desfallecer, encontró una jarra con agua. Aliviado, intentó beber de ella, pero pronto comprobó que era incapaz de alcanzar el líquido vital con el pico. Tras cavilar durante unos segundos, el pájaro procedió a depositar un guijarro en el recipiente. Y luego otro, y otro. El nivel del agua, desplazada por las piedrecitas, fue subiendo hasta quedar a su alcance y calmar su sed.

 

En la ciudad australiana de Adelaida, el río Murray transportaba cada día el agua desde el interior de Australia hasta el asentamiento urbano. Pronto, sin embargo, los pobladores comprobaron que el caudal menguaba en las épocas de sequía y el ganado moría de sed. No había montañas que atrapasen las nubes y el viento las arrastraba en la distancia.

A principios del siglo XXI, la conocida como Sequía del Milenio azotó la región y supuso la pérdida de ganado y restricciones de agua para los habitantes. En la costa, a escasos metros, el mar custodiaba sus inmensas reservas de agua salada como un tesoro inaccesible. Y aquí se hizo necesario el ingenio humano para que los animales y las personas pudieran beber de ella.

 

A fin de evitar que la historia se repitiese, el gobierno local anunció en 2007 la mayor inversión en infraestructuras que hubiese acometido jamás. El resultado se hizo tangible en 2013 con la inauguración de la planta desaladora de Adelaida que, en lo sucesivo, podría cubrir hasta el 50 % de las necesidades hídricas de la zona en verano, y el 100 % en invierno. Gracias a la atenta gestión de la desaladora por parte de ACCIONA, la ciudad cuenta con una garantía de suministro, lista para mitigar los efectos de la sequía.

Hoy la desaladora de Adelaida, enclavada como un centinela en lo alto de un acantilado a  cincuenta metros sobre el nivel del mar, asegura el suministro de agua de la zona. En años normales, cubre un 4 % del suministro del agua del área, pero se ha convertido en un seguro de vida para sus habitantes, ya que puede producir mucha más agua en situaciones críticas y cubrir las necesidades de hasta dos millones de personas con 100 Hm3 de agua anuales.

 

A modo de ejemplo, en la sequía de 2019, conocida como la Sequía Tinderbox (o del yesquero), el gobierno federal alcanzó un acuerdo con la SA Water Corporation para que la desaladora de Adelaida produjese 40.000 Hm3. Así, los ganaderos aguas arriba pudieron extraer más agua del río Murray para cultivar forraje y salvar el ganado.

En la planta de Adelaida tenemos un pequeño ejército de técnicos y operarios de distintos lugares del mundo, desde España hasta India e Indonesia. El enemigo para el que deben estar preparados no es de naturaleza humana, sino meteorológica, en forma de falta de lluvia. Por eso, en circunstancias normales la principal labor de este equipo de treinta personas no es producir un gran caudal de agua, sino garantizar que la desaladora esté siempre a punto.

Esto implica mantener listas las más de treinta y cinco mil membranas de ósmosis inversa, que es la tecnología empleada para desalar el agua; asegurar la vida útil de los equipos, monitorizar los sistemas de control; disponer de las reservas de reactivos adecuadas y garantizar la seguridad de las instalaciones. Por último, cada cierto tiempo llevamos a cabo una verificación de la capacidad de producción máxima de la planta.

Dependencia hídrica

Gran parte del agua de Adelaida proviene del río Murray y de los escasos embalses que han podido construirse en la cuenca.

Un sector primario con grandes necesidades

Los ganaderos de la cuenca hidrológica de los ríos Murray y Darling necesitan agua para sus animales y pastos.

La Sequía del Milenio

La gran sequía que afectó a Australia en 2001 concienció a las autoridades de la necesidad imperiosa de una nueva política hídrica.

La desaladora de Adelaida

Anunciada en 2007, la desaladora comenzó a operar en 2012 con un contrato de veinte años.

Tecnologías de última generación

Las innovadoras tecnologías empleados han conseguido una alta eficiencia energética de la planta y reducido su impacto medioambiental.

Un mantenimiento vital

El equipo de la desaladora debe mantener las instalaciones preparadas ante una súbita necesidad hídrica de la ciudad.

Cuando el gobierno de Australia del Sur decidió acometer el proyecto de la desaladora de Adelaida, buscamos aplicar un enfoque innovador y pionero. Gracias a nuestro trabajo de investigación y desarrollo, fue la primera planta en el mundo en incorporar a gran escala un pretratamiento avanzado mediante membranas de ultrafiltración sumergida antes del proceso de ósmosis. Así, el agua llegaría en mejores condiciones al proceso de desalación, fase en la que también integramos doble etapa en el primer paso para una mayor eficiencia y longevidad.

 

En términos energéticos, equipamos la planta con paneles solares capaces de generar hasta 200 kW y decidimos instalar recuperadores energéticos para aprovechar la presión del agua tras su paso por las membranas de ósmosis. También introdujimos turbinas Francis para aprovechar la energía potencial del caudal de salmuera en su viaje de vuelta al mar.

Una vez operativas, estas tecnologías han contribuido a mejorar el rendimiento energético, con una reducción de un 45% en el consumo, y la conversión de agua desalada, que alcanza casi la mitad del agua total bombeada hasta las instalaciones.

 

Paralelamente, hemos reducido el coste de operación y mantenimiento, y logrado un menor impacto medioambiental. Todo ello redundó en la concesión del premio de oro Green Project Management (GPM) al Proyecto Sostenible del año 2013 a la South Australian Water Corporation, así como el premio Global Water Intelligence (GWI) a ACCIONA.

Australia del Sur es el estado más seco de un país inmenso, con un tamaño comparable al de Brasil o China. Su crecimiento está limitado por la falta de agua de lluvia y de montañas que ayuden a recogerla, pero el espíritu indoblegable del ser humano y las últimas tecnologías están permitiendo atender las necesidades hídricas y garantizar el futuro de sus habitantes.

 

Junto con la nueva desaladora de Alkimos en Australia del Oeste y otros proyectos de potabilización como la ETAP de Mundaring, en ACCIONA estamos comprometidos con la viabilidad hídrica de todo un país a través de la innovación y el desarrollo sostenible.