ETAP de Mundaring (Australia): la planta detrás de la mayor red de distribución de agua potable en el mundo

Cada día, esta planta procesa el agua del que dependen más de cien mil personas gracias a un conjunto de tecnologías innovadoras y procesos sostenibles. Conócela en este reportaje.

Este hombre ha demostrado tal negligente […] gestión de las grandes obras públicas que no es exageración afirmar que ha robado millones a los contribuyentes de este Estado”, se leía en The Sunday Times de Australia el 9 de febrero de 1902. El destinatario de la diatriba era un ingeniero irlandés que estaba acometiendo una de las obras de ingeniería más colosales de finales del siglo XIX: la mayor red de agua potable del mundo por aquel entonces. Hablamos del Golden Pipeline, el sueño de Charles Yelverton O'Connor, que hoy abastece de agua a cien mil personas en Australia a través de más de nueve mil kilómetros de tuberías, y que en su configuración actual se conoce como Goldfields & Agricultural Water Scheme (GAWS).

 

El tiempo se ha encargado de desmentir los ataques furibundos de la prensa y el escepticismo de la clase política de principios del siglo XX. Al fin y al cabo, pocas obras de ingeniería civil cuentan con un reconocimiento en forma de certificado de patrimonio histórico e, incluso, una novela al respecto. 

Y puede que haya menos ingenieros aún a los que se haya honrado con dos estatuas y una canción. Sin embargo, ese es el legado de un visionario como O’Connor.

 

La gestión sostenible del agua en nuestro tiempo también requiere la valentía y la visión de apostar por proyectos a largo plazo como la planta potabilizadora (ETAP) de Mundaring. Diseñada, construida y operada por ACCIONA, utiliza una versión actualizada de la infraestructura del ingeniero irlandés para distribuir el equivalente a sesenta y seis piscinas olímpicas de agua potable a diario con un vertido cero de residuos. Así, la ETAP de Mundaring da de beber a la industria, la ganadería, la agricultura y la población de la zona desde hace diez años en un país castigado por la aridez y las restricciones hídricas. En este artículo te contamos cómo lo hace y por qué está marcando el rumbo en la gestión del agua en Australia.

En mayo de 2024 un artículo del medio australiano ABC News relataba la historia de una granjera que reside en una casa rural cerca de Bridgetown, en el suroeste australiano. El motivo por el que figuraba en el reportaje era que había recorrido sesenta kilómetros para poder ducharse en un centro comunitario, ya que sus aljibes estaban vacíos. Llevaba sin llover desde septiembre del año anterior en la zona, lo que, además de dificultar el acceso al agua potable estaba multiplicando el riesgo de incendios. Por desgracia, esta tendencia no es algo que se limite a los últimos años: desde la década de los sesenta del siglo XX las precipitaciones lluviosas han caído un 20 % en la región según el Instituto de Meteorología de Australia.

En este contexto, marcado por el cambio climático es donde tecnologías como las desaladoras, las potabilizadoras y sistemas de distribución de agua como el que soñaba el ingeniero O'Connor hace más de un siglo, se han vuelto críticos. Por suerte, hay esperanza, y se encuentra en las inmediaciones de la localidad de Mundaring. Es el lugar donde nace la red GAWS y donde se encuentra la ETAP de ACCIONA.

Esta planta potabilizadora tiene la particularidad de procesar agua de tres fuentes distintas, lo que supone un reto añadido, ya que la calidad del agua varía sustancialmente.

 

En primer lugar, obtiene agua del cercano embalse de Mundaring, conocido como lago CY O’Connor, que a su vez se abastece de las lluvias en la zona alta del río Helena. La zona baja del río también aporta agua a la presa de Lower Helena, que es la segunda fuente de agua de la potabilizadora. La tercera de ellas es el sistema Integrado de Abastecimiento de agua de Perth (IWWS) cuya agua proviene principalmente de dos desaladoras complementadas por pozos, embalses e incluso el sistema de rellenado de acuíferos. 

El triple suministro permite tener agua disponible durante todo el año para abastecer a más de cien mil personas en la región. Sin embargo, antes de que alcance la gigantesca red de distribución GAWS, es preciso tratarla y potabilizarla. Es ahí donde entra en juego la ETAP de ACCIONA.

 

Inaugurada en el año 2013 y fruto de una colaboración público-privada entre la Water Corporation australiana y un consorcio formado por ACCIONA, TRILITY y el antiguo Royal Bank of Scotland (abrdn en la actualidad) esta ETAP se ha desarrollado con un compromiso operativo mínimo de treinta y cinco años. Es decir, garantizará el futuro hídrico de la región hasta, al menos, mediados del siglo XXI. Esta planta ha integrado las últimas tecnologías en sostenibilidad y eficiencia para convertirse en uno de los pilares de la estrategia hídrica australiana.

El embalse de las tres aguas

Mundaring Weir recibe el agua del río Helena, las precipitaciones de lluvia y agua desalinizada.

La ETAP de Mundaring

La planta cuenta con tres áreas principales: pretratamiento, tratamiento y almacenamiento del agua.

El momento de distribuirla

Una vez tratada, el agua potable recorrerá más de quinientos kilómetros a través de la red de distribución GAWS.

Dar vida al suroeste de Australia

El agua es crucial para la vida, pero también para la economía de la zona, ya que se destina a usos agrícolas, ganaderos e industriales.

Cada día, la ETAP de Mundaring puede tratar hasta 165.000 m3de agua, pudiéndose ampliar en un futuro hasta alcanzar los 240.000 m3. Es la fuente exclusiva del agua que circula por GAWS a través de tubería principal de seiscientos kilómetros y casi medio metro de diámetro que, a su vez, se ramifica en más de nueve mil kilómetros de tuberías para llegar a todos los usuarios. Sin embargo, es preciso aplicar dos procesos principales de potabilización para que los agricultores, ganaderos, consumidores e industrias de la región puedan utilizarla en condiciones óptimas.

 

Por un lado, se utiliza un pretratamiento para eliminar las partículas sólidas por medio de procesos de coagulación, flotación y filtración. Los fangos obtenidos en esta fase tampoco se desaprovechan, tal como veremos después. 

Por otro lado, una vez eliminadas estas impurezas, se reduce el contenido orgánico así como olores y sabores gracias a los Biofiltros de Carbón Activado y, por último, se desactivan las bacterias, virus y microorganismos por medio de cloración y tratamientos químicos que también mejoran la calidad del agua (incluyéndose la adición de Flúor y corrector del pH).

 

Gracias a las tecnologías empleadas se reduce la cantidad de químicos utilizados, evitándose así que, posteriormente, se produzca en la larga red de distribución la formación excesiva de compuestos derivados del cloro debido la reducción de la materia orgánica sin químicos, a diferencia de otras ETAP convencionales.

Tal como hemos mencionado, todos los fangos obtenidos durante los procesos de potabilización a aguas en la ETAP de Mundaring se acaban aprovechando. Esto se logra por medio de un proceso de secado del que se obtienen los fangos deshidratados. En la última “cosecha” se recogieron más de mil trescientas toneladas de estas arcillas, el equivalente a la basura generada por cuatrocientas familias durante un año. Posteriormente, estos materiales se destinan a la industria de la construcción o el uso en zonas ajardinas y recreativas como una capa para retener el agua.

 

INFOGRAFÍA. Planta Potabilizadora de Mundaring

A los mandos de la ETAP de Mundaring hay un equipo de apenas una docena de empleados que controlan todos los procesos. Procedentes de países tan dispares y distantes como Australia, Escocia, Irán, Sri Lanka, India, Malasia, Pakistán o España, garantizan su funcionamiento diario. Este reducido equipo logra una alta eficiencia gracias al y un elevado grado de automatización.

De hecho, durante la operación después de la jornada habitual de trabajo no es necesaria la presencia de ningún operario. Basta con que los operadores estén disponibles para supervisar desde sus casas cualquier alerta que les llegue través de su móvil, tablet o portátil. Lo habitual es que el sistema intervenga de forma automática en caso de anomalías y emita mensajes cuando se requiera alguna actuación manual. De este modo, se evita la más mínima pérdida de calidad y cantidad de agua producida.

La aplicación de todas estas tecnologías de sensorización, además de automatizar procesos, permite que la Water Corporation acceda a la información de la calidad del agua en tiempo real y de forma y transparente en todo momento, aunque la planta sea operada completamente por ACCIONA.

Esta colaboración es un paso más en nuestra gestión del ciclo del agua en Australia. Con la construcción, operación y mantenimiento de la desaladora de Adelaida por parte de ACCIONA, que abastece de agua a dos millones de habitantes, y la reciente adjudicación de la nueva desaladora de Alkimos contribuimos a aumentar el volumen de agua potable disponible y a reducir la sobreexplotación de los acuíferos en el país. Seguro que el ingeniero O'Connor nunca imaginó que un día las tuberías de su titánico proyecto transportarían agua del mar para dar vida al interior de Australia.  

 

Fuentes: ABC NewsWater Corporation